Su función
El acristalamiento de protección exterior es, hoy en día, desde el punto de vista de
la protección de monumentos, la medida protectora más aceptable para preservar
vidrieras de iglesias en peligro de degradación. El acristalamiento de protección crea
un ambiente de conservación in situ similar al de un museo, sin tener que tratar el
vidrio en sí. Además de tener una función anticorrosiva, el acristalamiento exterior
también brinda protección ante otro tipo de agentes degradantes como la influencia
directa del clima, contaminación y vandalismo, y también le brinda aislamiento
térmico al edificio.
Hay que aceptar las consecuencias estéticas para el edificio, que se dan a raíz de la
instalación de un acristalamiento de protección y de los trabajos en las paredes de
piedra que ésta conlleva ya que el efecto protectivo justifica una instalación de este
tipo. Las vidrieras son conservadas en su lugar y dentro de su arquitectura original.
Sin embargo, en la práctica se ha podido observar que en algunos casos la
instalación de un acristalamiento de protección no ha evitado el acumulamiento
de humedad e inclusive, en algunos casos, hasta lo ha favorecido.
Foto de un canalón por el cual sale al exterior el agua de condensación del
acristalamiento de protección.
Diferentes diseños en el acristalamiento de protección exterior:
La foto muestra diversos diseños para acristalamiento de protección. Las muestras
no difieren sólo en el tipo de división del vitrado sino también en el tipo de vidrio
(float y opalino).
Sin embargo, ésta es sólo una selección de posibilidades en representación de muchas
otras. Tal como en el ámbito de la restauración, tampoco aquí hay una solución válida
para todos los casos. Para cada proyecto debe buscarse la solución ideal.
